miércoles, 25 de febrero de 2015

LOS DIVERSOS DIARIOS DE COLÓN

Fernando Tola de Habich

Sin lugar a dudas, el documento más importante con el que contamos para conocer la historia del descubrimiento de América en 1492, es el Diario de la primera navegación y descubrimiento de las Indias escrito por Cristóbal Colón y resumido, con una finalidad personal y de trabajo propio, por el sacerdote fray Bartolomé de las Casas.
El original de este Diario, que se supone es el libro entregado por el descubridor a los reyes católicos el mes de mayo de 1493 en la ciudad de Barcelona, se ha perdido; y la copia de este libro que los reyes encargaron hacer a dos copistas[1] para evitar que se filtrara información del viaje al reino de Portugal, y que le fuera enviado el 5 de setiembre del mismo año a Cristóbal Colón con una carta de la reina, también ha desaparecido.
El Diario que ha llegado a nosotros es solo un resumen que Las Casas realizó de un ejemplar que tuvo en sus manos bastantes años más tarde de la escritura, y este resumen lo hizo para utilizarlo como referencia al escribir la Historia de las Indias que ya tenía en desarrollo[2]. Se ignora si el sacerdote dispuso para su resumen de un ejemplar propio[3] o existente en alguna biblioteca privada o pública, o si utilizó el ejemplar que poseía Diego Colón en la isla Isabela[4], y que le fue prestado para que realizara la copia.
De todos modos, esto es evidente aunque no señalado, Las Casas al escribir la Historia de las Indias debió contar con un ejemplar diferente a su resumen, pues agrega datos, modifica hechos e incluye comentarios que no se originan en lo consignado en su resumen del diario y que por su volumen es difícil creer que derivara de lo que guardaba en su memoria de cuando lo leyó y resumió.
Por otro lado, se sabe también que Las Casas, al escribir su Historia de las Indias, contó para la parte referente al descubrimiento de América (y a los otros tres viajes y a la vida de Cristóbal Colón) con el manuscrito o, más probable, con una copia de lo que se conocería bastante años después (Venecia, 1571) como la Historia del almirante, escrita por el hijo del descubridor, Hernando Colón[5].
De todos modos, no debería existir una certeza absoluta sobre si lo que leyó y resumió Las Casas fue el libro que entregó Colón a los reyes para que sacaran una copia, pues él mismo, al registrarlo en la Historia de las Indias luego de escribir: “Cuando se partió de Barcelona el Almirante dejó a los reyes un libro de toda su navegación y rumbos o caminos que había llevado o traído en aquel su descubrimiento y primer viaje para que se sacase un traslado que quedase en los archivos reales, y después de trasladado quedaron en enviárselo”; se siente en la obligación de aclarar: “No pude saber qué libro fuese si no que presumo que debía ser donde tenía colegidas muchas cosas secretas de los antiguos autores, por los cuales se guiaba.” Esta aclaración obliga necesariamente a pensar que el Diario que manejó y resumió Las Casas no era el libro que dio Colón a los Reyes pues, en tal caso, no debería tener la menor duda sobre el libro que entregó a los reyes el descubridor en Barcelona, y el libro, el Diario, que él leyó y resumió[6].
Por lógica, esta hipótesis sobre la diferencia entre el Diario que resumió Las Casas y el libro que entregó Colón directamente a los reyes, nos lleva a preguntarnos sobre cuál sería el libro que entregó Luis Colón, alrededor de 1554, al Consejo de Indias, y que fue leído por “algunos” de sus integrantes, quienes informaron al rey que estaba bien autorizar la publicación. Como dice el rey en su licencia, es un libro que el abuelo de Luis Colón “porque quedase memoria con curiosidad, y no con poco trabajo, se puso a escribir lo que cada día le sucedía así en la ida como en la venida” del primer descubrimiento de las Indias. Como se puede leer, no se hace referencia a que fuera una copia de lo escrito por Cristóbal Colón –sin duda un diario– del que al parecer no había ejemplares de él ni en poder del rey ni en la biblioteca o los archivos del Consejo de Indias[7].





 




[1] “Va de dos letras según veréis”, le escribe la reina a Cristóbal Colón, el 5 de setiembre de 1493, cuando le remite el traslado, la copia, del libro que “acá dejastes”, en Barcelona, en mayo de 1493, al regresar del viaje a América. 
[2] De acuerdo a trabajos realizados con programas informáticos por Véronique Huynh–Arivianet y Francisco Javier Sánchez Pérez, un primer examen revela que el 77.17% de lo escrito en el Diario corresponde a Las Casas y el 22.83% a Colón. Ver en: “Ayudas informáticas a la descripción relacional interpretativa de los textos compósitos: aplicación al Primer Viaje de Cristóbal Colón”, en: Actas del II Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española. Tomo II. Madrid, 1992. Págs. 399 a 408.
[3] En principio parece raro que tuviera un ejemplar propio y realizara una copia, pero este es un tipo de trabajo –resumir y citar mientras de lo que se lee– que no es ajeno a quienes están escribiendo o pretenden escribir una obra.
[4] De hecho se considera, como señala Sanz (Carta, pág. 25), que el ejemplar que seguramente poseía Hernando Colón no fue el utilizado por Las Casas pues “lo que si puede afirmarse es que Fernando Colón tuvo delante para componer su Historia una copia del Diario distinta a la que utilizó el P. Las Casas, a juzgar por las variantes que se observa en lo que dejaron escritos ambos autores en sus respectivas obras por lo que deduce que el sumario del Diario que Las Casas intercala en su Historia no lo has copiado del mismo ejemplar que utilizara don Fernando para escribir el libro sobre la vida y hechos de su padre”. Evidente tampoco es el sumario que conocemos el que utiliza Las Casas en su Historia pues agrega cosas que no aparecen en él. Las diferencias escritas por H. Colón podrían muy bien ser alteraciones o modificaciones suyas y no la prueba de la existencia de otra copia corregida o alterada.
[5]A este respecto, me permito plantear la duda que si lo que tuvo en sus manos Las Casas fue el original o una copia de lo que hoy conocemos como la Historia del almirante o, más bien, solo unas páginas de notas, largas y cortas, de un proyecto de libro que Hernando Colón no llegó a concluir o que dejó esbozado, tal como suponen diversos historiadores. (Ver también nota 3)
[6] Esta observación de Las Casas abre, necesariamente, y de manera bastante categórica, el convencimiento de debió existir otro libro del viaje de Colón, que fue el que entregó a los Reyes en Barcelona, y que no es el Diario que manejó y resumió Las Casas para escribir la Historia de las Indias.
[7]  Cuando Las Casas escribe la Historia de las Indias, al proponerse narrar el primer viaje de Colón, incluye una frase sobre cómo piensa hacer su trabajo: Estas singladuras o jornadas entiendo poner aquí de cada día y noche, brevemente, como las saqué del libro susodicho de Cristóbal Colón en aquella su primera navegación, el cual mostró a los Reyes desde que vino, estas Indias halladas; pondré también lo que cada día le acaecía, y las señales que oían y lo que sufría y pasaba, y su constancia, porque creo que no será desagradable.
Primero nos dice que las singladuras o jornadas las pondrá brevemente, no tal como figuran ni están escritas, sino brevemente. Es decir, declara que en su trabajo no copiará in extenso ni de forma textual, lo hará brevemente, resumirá.
Después afirma que lo hará tal como las sacó -las copió- del libro que Colón mostró a los Reyes cuando regresó de las Indias. Aunque podría interpretarse como una sutileza, lo cierto es que las Casas dice “mostró” y no entregó a los reyes. Quede como una posibilidad de análisis.
En igual sentido, aunque por cierta de forma más débil para interpretar, luego de decir que escribirá brevemente las singladuras y jornadas, dice que agregará, pondré también, lo que cada día le acaecía, y las señales que oían y lo que sufría y pasaba, y su constancia. Otra sutileza nos puede llevar a leer este “pondré también” como que incluirá otros detalles de lo acaecido como si procediera de otro libro, no del que Colón mostró a los reyes. Quede también como otra posibilidad de análisis, aunque sea más débil o más tosca la sutileza.
Si el brevemente nos confirma la voluntad de resumen del Diario tanto en la copia que realizó como en la Historia de las Indias; el mostró a los reyes nos puede llevar a confirmar la existencia de otro libro escrito por Colón durante su travesía. El pondré también es simplemente un extra interpretativo.  

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